Por Miriam Jordan
Las remesas que Latinoamérica y el Caribe reciben de sus ciudadanos que trabajan en el exterior disminuirían de manera considerable este año, reduciendo una fuente crucial de ingresos para muchas familias en la región.
Después de una década de crecimiento, las remesas a América Latina y el Caribe empezaron a desacelerarse en 2008, según el Banco Interamericano de Desarrollo, a medida que países como Estados Unidos, España y Japón, entraban en recesión.
Este año, las remesas a la región probablemente caerán por primera vez desde 2000, cuando el banco empezó a registrar los flujos anuales, según un nuevo estudio de la institución multilateral con sede en Washington.
El año pasado, los trabajadores migrantes —que son el salvavidas de millones de familias en América Latina y el Caribe— enviaron a sus países una cifra récord de US$69.200 millones, casi 1% más que en 2007.
En enero de este año, México, que recibe el grueso de las remesas que salen de EE.UU., registró una caída de 12%, frente al mismo mes de 2008. Colombia sufrió una caída de 16%, mientras que Brasil vio un declive del 14%. Guatemala y El Salvador experimentaron bajas del 8% cada uno.
"Aunque es muy pronto para pronosticar cuánto podrían caer las remesas en 2009, esta es una mala noticia para millones de personas en nuestra región que dependen de estos flujos", dijo el presidente del BID, Luis Alberto Moreno.
Los problemas económicos en Europa y Japón probablemente repercutirán en América Latina. Brasil y Perú tienen una población significativa en Japón y Europa acoge a muchos migrantes andinos.
Los trabajadores migrantes en EE.UU. —muchos de los cuales son indocumentados que entraron al país de manera ilegal— que envían dinero a sus hogares han estado bajo presión desde hace tiempo. La gradual desaceleración económica, el negativo entorno migratorio y la crisis hipotecaria ya los ha perjudicado.
A pesar de estos desafíos económicos, los flujos de remesas continuaron creciendo hasta hace poco, aunque a tasas cada vez menores. En conjunto, crecieron 6% en 2007 respecto al año anterior y permanecieron estables durante el primer semestre de 2008. Las remesas empezaron a mostrar el impacto de la recesión sobre las ganancias de los trabajadores a finales de 2008. Después de un tercer trimestre sin variación, en el cuarto trimestre el dinero que enviaron a casa disminuyó un 2% en relación con el mismo trimestre de 2007.
Una proporción significativa de las remesas es usada para necesidades diarias, lo que hace temer que el declive añada presión sobre las redes de seguridad social y disminuya la inversión en medidas que ayudan a la gente a salir de la pobreza.
Cuando las remesas menguan, "las familias gastan menos en salud y educación, porque la comida, la ropa y el techo son prioridades", dice Robert Meins, un especialista en remesas en el BID.
Las remesas son la principal fuente de ingresos en moneda extranjera de Guatemala, y llegaron a US$4.300 millones en 2008, superando al café, el azúcar y otras exportaciones. Aproximadamente 1,35 millones de ciudadanos guatemaltecos, o 10% de la población, viven en EE.UU. Unos 3,5 millones de personas que aún viven en Guatemala dependen de estas remesas, según el Instituto Centroamericano de Estudio Sociales y Desarrollo, en Guatemala.
La apreciación del dólar a fines de 2008 trajo un poco de alivio para las familias que dependen de las remesas provenientes de EE.UU., particularmente en México, Brasil y Colombia, ya que aumentaron el poder adquisitivo de quienes las reciben, compensando en parte el menor volumen.
Los países andinos que reciben considerables sumas de dinero desde España se beneficiaron gracias a la fortaleza del euro durante la primera mitad de 2008, pero desde entonces se han visto afectados por la caída de la divisa europea.
Ecuador ha sido el más afectado, según el BID, porque tiene una economía dolarizada y una gran población residente en España, que se ha visto golpeada por el desempleo y la depreciación del euro. Las remesas a Ecuador, que provienen en un 45% de España, cayeron 22% en el cuatro trimestre de 2008.
La crisis económica ha afectado especialmente a industrias que emplean trabajadores con poca capacitación, particularmente en construcción, manufactura, hotelería y restaurantes.
Pese al sombrío panorama económico, el BID afirmó ver "escasa evidencia" de que los migrantes estén listos para volver en masa a sus países. En España, un plan del gobierno para pagar beneficios sociales a aquellos que decidan regresar a casa hasta el momento a atraído a pocos.
"Los migrantes han demostrado que se adaptan a condiciones severas", dijo Moreno. "Cambian de empleo, trabajan largas horas, reducen sus gastos, se mudan y hasta hacen uso de sus ahorros para seguir mandando dinero a sus familias. Volver a su país de origen generalmente es la última opción".