Por: Oscar Martinez
Fecha de publicación: 07/05/09
Las teologías cristianas han sojuzgado, mediante una hegemonía cultural-religiosa euro-centrista a las teologías de los pueblos originarios y afro en Latinoamérica y el Caribe, llevando a cabo un verdadero "teocidio".
Se ha dicho que la teología de la revolución, fue "la primera contribución de las iglesias latinoamericanas al pensamiento cristiano". La teología de la revolución sería, por lo tanto, el antecedente directo de la teología de la liberación. Y se la definía un poco esquemáticamente como someter la revolución al logos teológico, con el fin de analizarla desde la perspectiva del Dios cristiano, era, entonces, un estudiar las revoluciones latinoamericanas desde el punto de vista del evangelio.
El tema de la "teología de la liberación" adquirió una importancia especial, debido a que su reflexión quiso estar ligada al movimiento social, en la dinámica de lucha por la justicia. Se interpretó como si un pueblo sufriente, victima de la opresión de los poderosos, necesitara una instancia que pueda alentarle un necesario espíritu de liberación. ¿Qué de más natural que sea la Iglesia que cumpla ese rol? La “teología de la liberación" pretende justamente justificar y alimentar esta “evidencia”. Para ello existe un aspecto teológico propiamente dicho interpretar a Dios como el “Dios de los pobres”, justificar sus puntos de vista apelando a la Biblia, etc. y un otro que consiste en articular esa reflexión a la práctica real, apelando para ello fundamentalmente a las teorías marxistas.
La Teología de la liberación reconoce su génesis en corrientes de pensamiento y en hechos históricos. Entre los primeros podríamos nombrar algunas teologías europeas como la Teología política y de la esperanza, así como la crisis interpretativa de la realidad sufrida por la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Entre los hechos históricos, la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín, la Revolución Cubana y el ejemplo de Camilo Torres y el aporte individual de muchos librepensadores y humanistas de este lado del mundo.
Al inicio de la década de los 60 los Estados Unidos promueven su programa: " La Alianza para el progreso”.
En los países Latinoamericanos ese programa no funcionó. Y la filosofía de "desarrollo" que traía aparejada, pensada como un sistema económico que remediase la pobreza. Tuvo resultados más pobres aún.
La riqueza se concentró en pocas manos, y el río que separa a pobres y ricos, se convirtió en un inmenso océano. Las oligarquías, los industriales y los funcionarios públicos se hicieron inmensamente ricos: Mientras los pobres se convierten en miserables.
La teología de la liberación, fue una excelente herramienta política, que utilizaron los obispos de Latinoamérica, para tratar de aminorar los problemas de totalitarismo, y opresión económica en las poblaciones mas desfavorecidas, en esta región del planeta.
Los resultados de esta estrategia fueron aceptables, pues el mundo volvió los ojos a esta localidad. Y mediante la participación de todos, se cambiaron las estructuras políticas, encaminándose poco a poco, hacia la democracia.
En 1968 se reunieron los Obispos latinoamericanos en Medellín, Colombia. Los documentos generados se editaron bajo el título " Paz y Justicia “, donde su publicaron los primeros temas de la Teología de la liberación.
Los líderes de ese movimiento: Gustavo Gutiérrez (Perú), Helder Cámara (Brasil), Juan Luís Segundo (Uruguay), Enrique Dussel (México), Segundo Galilen (Argentina), G. Arroyo (Chile), José Miguel Bonino (Argentina), Juan Sobrino (El Salvador) y Leonardo Boff (Brasil).
En éste documento se parafrasea a MARX: "La Teología tradicional busca el entendimiento de la fe (fides quarens intellectum) y ésta teología de Liberación es un nuevo camino. El objetivo no es entender el mundo, sino cambiarlo".
" La Teología tradicional parece alejada de la experiencia de la vida diaria, especialmente sobre el sufrimiento de los pobres”.
“La Teología de la liberación ha nacido de la experiencia católica con la dura realidad de los miserables ".
“La Teología clásica interpreta el mensaje de Jesús, en el ámbito de la moralidad personal ".
“La nueva Teología lo considera como la lucha contra las fuerzas sociales de la opresión.
Se gesta una visión diferente en los temas de: Dios, la creación, Israel y Jesús. Reinterpretando a la Iglesia a la luz de la experiencia de los pobres y tomando un profundo acercamiento histórico hacia Dios”.
“Se prefiere el nombre de liberación para apartarse de las ideas espirituales alejadas del mundo de la salvación. Para dirigir al mundo cristiano, hacia la lucha por una sociedad justa”.
“Se redefine el trabajo evangelizador por la praxis de acción social, y de concientización sobre las causas de su miseria.
Se insiste en la necesidad de que la Iglesia haga causa solidaria con los pobres”.
Dentro del pensamiento latinoamericano del siglo XX, la teología de la revolución y La de la Liberación han ganado un lugar en el quehacer de algunos representantes de la Iglesia Cristiana. Entre ellos, el de mayor relevancia en lo nacional y lo internacional es el Dr. Sergio Arce Martínez, Pastor de la Iglesia Presbiteriana de Cuba, El filosofo Ignacio Ellacuria, Augusto Salazar. Leopoldo Zea, Gustavo Gutiérrez, Los sacerdotes Nicaragüenses Fernando Cardenal y Miguel D’Esscolo, El arzobispo Miguel Obando Bravo, y otros.
oscarmartinez63@hotmail.com
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